JEANNE DIELMAN,23 quai du commerce, 1080 bruxelles
Director: Chantal Akerman
País: Bégica
Año: 1976
Reparto: Delphine Seyrig, Jan Decorte
Jeanne Dielman es el paradigma de ama de casa universal. Se levanta antes del amanecer. Cocina para su hijo, le arregla los zapatos, lo despierta y lo envía a estudiar. A veces cuida al bebé de una vecina que no conocemos y ocasionalmente sale. Hace algunas compras y vuelve a casa. En las tardes se prostituye. Come, teje, escucha a Beethoven, duerme y se levanta antes del amanecer. Esta es la vida de Jeanne Dielman.
Chantal Akerman crea una obra incómoda. El rigor de su
talento da vida de una forma magistral a sus imágenes. Disecciona la vida de
una mujer viuda que vive con su único hijo y logra regalar al cine uno de los
personajes más complejos y deliciosos de su historia, como también una lección cinematográfica con
alma.
Con un montaje analítico y llevada milimétricamente por una
mano instruida, la cámara se vuelve una con la actriz Delphine Seyrig, para
lograr uno de los méritos más grandes de la película, que es ver a ese
personaje como un ser humano, uno tan cercano,
tan íntimo que la amamos y estamos en soledad con ella.
Akerman es dueña de una dirección estática, y como un
espejo, tan estática como su protagonista. La directora desnuda de manera
invisible a un personaje hermético, que no desea depender o acostumbrarse a
alguien y que solo vive para su hijo, con el que tiene la relación distante de un
adolescente con su madre. Jeanne Dielman
es libre, pero su libertad es limitada por su soledad. No es más que exclava de
sí misma, y se ahoga en un pasado que la llevó a un amargo presente. Las vicisitudes
de su vida la cubrieron con una coraza. No de muestra todo el amor que tiene
para su hijo, y empieza muchas veces una carta que nunca acaba para su hermana
que vive en Canadá. Esta es la mujer con
la que vivimos por más de tres horas. Una mujer común, infeliz y cansada que
toma una decisión.
El plano final es tenebroso. Con una serenidad
sobrecogedora, su rostro caído y su mirada fatigada revelan lo que sus palabras
nunca dijeron. Un film revelador, que
respira vitalidad y crece tras su visionado. Una obra maestra impactante.
Hijo: Si fuera mujer, no podría acostarme con alguien a quien no amara.
Jeanne: No lo sabes, no eres mujer.
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